El internacionalmente conocido "gazpacho manchego", ha sido un manjar elaborado de forma muy parecida y desde tiempos inmemoriales en nuestro pueblo. La cercanía de nuestro término municipal con las tierras de Albacete y la abundancia que hemos tenido siempre de carne de caza, lo han hecho un plato típico también de nuestra zona, pero aquí, por lo que sea, los hemos llamado siempre en plural.
Los gazpachos moratalleros tienen cierto parecido con los andrajos, cuya única diferencia básicamente estriba en la carne empleada para su elaboración; y ya puestos a buscar similitudes también las tienen con los rogiaos, aunque en estos no solo cambiamos la carne sino que además prescindimos de las tortas y las sustituimos por harina.
Veamos cómo elaborar una buena "sartená" de gazpachos al más puro estilo moratallero:
INGREDIENTES:
- 1 liebre (o conejo, en su defecto)
- 1/2 gallina campera (o pollo, en su defecto)
- 1 palomo (opcional)
- 2 cebollas
- 2 ó 3 tomates bien maduros
- 1 cabeza de ajos
- 2 ó 3 hojas de laurel
- Un espolvoreo de pimienta en grano
- 1 pimiento rojo asado
- 1 paquete de tortas cenceñas
- Azafrán, aceite, agua y sal
PREPARACIÓN:
Ponemos a cocer las carnes con el laurel, los ajos (enteros y sin pelar), la pimienta y la sal. Dependiendo del grado de dureza de las mismas las tendremos más o menos tiempo. Cuando estén en su punto las apartamos y las deshuesamos.
En una sartén ponemos a freír la cebolla hecha trocitos muy pequeños, cuando haya cogido un poco de color le añadimos el tomate picado también y al poco le añadimos el caldo de cocer la carne (colado previamente por si lleva algún huesecillo). Cuando arranca a hervir le ponemos dos puñados de tortas por persona, rectificamos de sal, le ponemos el azafrán y el pimiento asado hecho tiras. Lo dejamos cocer entre 20 y 30 minutos, lo apartamos y ya podemos servirlo.
Un buen vaso de vino tinto resulta el acompañamiento ideal para este manjar y, por supuesto, se come sin pan.
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