(para unas 5 o 6 personas)
5 ó 6 morcillas
1/2 kilo de magra fresca
1 cebolla mediana
5 ó 6 patatas
1 cabeza de ajos
1 pimiento verde
2 ó 3 tomates
1 cucharadita de harina
1 espolvoreo de hierbabuena seca
2 litros de agua
5 ó 6 tortas "cenceñas" caseras o una bolsa de tortas para gazpacho manchego.
Aceite de oliva y sal
PREPARACIÓN:
Partimos en trocitos la magra y las morcillas, así como la verdura y las patatas. Todo esto se sofríe y se le añade el agua con la hierbabuena y se deja que cueza unos diez minutos. Luego se le echan las tortas hechas trocitos y se dejan otros diez minutos cociendo a fuego lento. Si queremos que el caldo esté un poco más espeso, se puede desleír una cucharada de harina en un poco de agua fría y se lo añadimos a la sartén a la vez que las tortas.
Se sirve bien caliente, como los típicos gazpachos manchegos, y se acompaña de una buena botella de vino de Jumilla.
Atendiendo al uso o no de las tortas, este plato tiene cierto parecido con los rogiaos y de hecho muchas veces se confunden. La principal diferencia estriba en que estos se hacen con tortas y los otros con harina. Por otro lado, atendiendo a la carne empleada, también tiene mucha similitud con los clásicos gazpachos moratalleros (o gazpacho manchego), pero estos últimos se hacen con carne de caza en vez de cerdo y morcillas.
Se sirve bien caliente, como los típicos gazpachos manchegos, y se acompaña de una buena botella de vino de Jumilla.
Atendiendo al uso o no de las tortas, este plato tiene cierto parecido con los rogiaos y de hecho muchas veces se confunden. La principal diferencia estriba en que estos se hacen con tortas y los otros con harina. Por otro lado, atendiendo a la carne empleada, también tiene mucha similitud con los clásicos gazpachos moratalleros (o gazpacho manchego), pero estos últimos se hacen con carne de caza en vez de cerdo y morcillas.
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