viernes, 10 de mayo de 2019

FILETES DE CABALLA EN ACEITE

     La caballa es un pescado azul que pertenece a la familia de los escómbridos. Abunda en el Mediterráneo y en el océano Atlántico, y tiene una carne blanca deliciosa que se presta a distintas preparaciones culinarias. La caballa aporta un montón de beneficios para nuestra salud y además es un pescado muy económico que se puede encontrar en cualquier pescadería o supermercado. Los meses de mayo y abril son idóneos para comprar este pescado, pues es cuando están en su mejor momento.

     Además de la caballa común (Scomber scombrus), una variedad muy habitual es el estornino (Scomber japonicus). Es una especie de aspecto muy similar a la caballa pero que posee una característica diferenciadora, unas manchas en su parte inferior. En muchos casos se comercializa como si fuera caballa, y para nuestro cometido gastronómico la diferencia es inapreciable.


     Rica en ácidos grasos omega 3, la caballa contribuye a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y a cuidar nuestra salud cardiovascular. El consumo de caballa, así como de otros pescados azules, es recomendable debido a que contribuyen a disminuir el riesgo de enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, según apunta la fundación española del corazón.

     Una forma muy sencilla de prepararla es en aceite crudo, como las que se venden en lata. De esta forma también se puede conservar durante largo tiempo sin necesidad de refrigeración (de forma similar a lo que ocurre con la caballa en escabeche, cuya receta podemos consultar en este enlace de nuestro blog). Veamos cómo se suele hacer en Moratalla:

INGREDIENTES:

     - 1 ó 2 caballas que pesen en total alrededor de unos 500 gramos
     - 4 ó 5 hojas de laurel
     - 1 cucharada de pimienta en grano
     - 1 vaso de vinagre
     - 1 vaso de aceite de oliva
     - Agua y sal
     - Ajo y perejil

PREPARACIÓN:

     Se limpian las caballas de tripas y cabeza pero no se cortan. Se meten en una olla enteras con el vaso de vinagre, un puñado de sal, la pimienta y el laurel y se cubren de agua. Se llevan a ebullición a fuego medio y se apaga el mismo a los diez minutos.

    

     Sacamos las caballas, las escurrimos bien, les quitamos las espinas y la piel y colocamos los filetes que vayamos obteniendo en una fuente honda. Luego le echamos dos o tres cucharadas de su propio caldo y completamos con aceite de oliva hasta que estén bien cubiertos.

Opción A: Solo con aceite


     Opcionalmente se les puede poner por encima unas láminas de ajos secos y perejil picado, o incluso ajos tiernos, si es la época. Quedan así ideales para comerlas solas, como entrantes de otra comida o como tapeo en la casa o en alguno de los bares que pueblan las calles de nuestra localidad.

Opción B: Con ajo y perejil


     Si queréis ver otra forma sabrosísima de cocinar y conservar la caballa podéis visitar la entrada de este mismo blog "Caballas en escabeche" pinchando en este enlace.   



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