La caballa es un pescado azul que pertenece a la familia de
los escómbridos. Abunda en el Mediterráneo y en el océano Atlántico, y tiene
una carne blanca deliciosa que se presta a distintas preparaciones culinarias.
La caballa aporta un montón de beneficios para
nuestra salud y además es un pescado muy económico que se puede encontrar
en cualquier pescadería o supermercado. Los meses de mayo y abril son idóneos para comprar este pescado, pues es cuando están en su mejor momento.
Además de la caballa común (Scomber scombrus), una variedad
muy habitual es el estornino (Scomber japonicus). Es una especie de aspecto muy
similar a la caballa pero que posee una característica diferenciadora, unas
manchas en su parte inferior. En muchos casos se comercializa como si fuera
caballa, y para nuestro cometido gastronómico la diferencia es inapreciable.

Una forma muy sencilla de prepararla es en aceite crudo,
como las que se venden en lata. De esta forma también se puede conservar
durante largo tiempo sin necesidad de refrigeración (de forma similar a lo que
ocurre con la caballa en escabeche, cuya receta podemos consultar en este enlace
de nuestro blog). Veamos cómo se suele hacer en Moratalla:
- 1 ó 2 caballas que pesen en total alrededor de unos 500 gramos
- 4 ó 5 hojas de laurel
- 1 cucharada de pimienta en grano
- 1 vaso de vinagre
- 1 vaso de aceite de oliva
- Agua y sal
- Ajo y perejil
PREPARACIÓN:
Se limpian las caballas de tripas y cabeza pero no se cortan. Se meten en una olla enteras con el vaso de vinagre, un puñado de sal, la pimienta y el laurel y se cubren de agua. Se llevan a ebullición a fuego medio y se apaga el mismo a los diez minutos.
Sacamos las caballas, las escurrimos bien, les quitamos las espinas y la piel y colocamos los filetes que vayamos obteniendo en una fuente honda. Luego le echamos dos o tres cucharadas de su propio caldo y completamos con aceite de oliva hasta que estén bien cubiertos.
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Opción A: Solo con aceite |
Opcionalmente se les puede poner por encima unas láminas de ajos secos y perejil picado, o incluso ajos tiernos, si es la época. Quedan así ideales para comerlas solas, como entrantes de otra comida o como tapeo en la casa o en alguno de los bares que pueblan las calles de nuestra localidad.
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Opción B: Con ajo y perejil |
Si queréis ver otra forma sabrosísima de cocinar y conservar la caballa podéis visitar la entrada de este mismo blog "Caballas en escabeche" pinchando en este enlace.
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