- Sardinas frescas (todas las que quieras)
- Sal gorda
PREPARACIÓN:
Ponemos las sardinas enteras, sin limpiar, en un recipiente y las cubrimos con sal gorda. Si son muchas, vamos alternando una capa de sardinas con otra de sal, y así hasta que se cubran todas. Luego las metemos al frigorífico y las dejamos cierto tiempo. Si os gustan casi crudas, con dejarlas un día es suficiente; si os gustan poco saladas, a las 48 horas ya se pueden comer; y si las preferís bien curadas las podéis dejar dos o tres días más.
Cuando las saquéis, las laváis bien de sal, las secáis y las guardáis en un sitio fresco y seco. Y ya tenemos las típicas "sardinas de cuba" que tradicionalmente se compraban en el mercado, en el puesto de la Marta.
Cuando vayáis a comerlas ya sí que habréis de limpiarlas de cabeza, tripas y piel de una en una. O si no, las podéis arreglar todas de golpe y conservar los filetes resultantes en un recipiente, bien cubiertas de aceite de oliva y, si os gusta, con unas láminas de ajo y perejil. Esta tapa se conoce con el nombre de "cubanitas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario