Ya sea solamente con pollo, solamente con conejo o, mejor aún, con los dos, este arroz siempre ha sido un plato muy cocinado, apreciado y socorrido en la gastronomía moratallera. Su preparación es sencilla, pero su sabor final depende, sobre todo, de la calidad de las carnes empleadas. A ser posible han de ser pollos y conejos criados en la casa de uno o, como mucho, comprados al vecino que los críe. Si son de granja, el arroz pierde mucho. Veamos cómo hacerlo:
INGREDIENTES:
- 1 conejo campero / 1 pollo campero / o ambos.
- 1 kg de arroz de Calasparra (para unas 10 personas)
- 2 tomates maduros
- 2 dientes de ajo
- 1 pimiento rojo
- 1 ramillete de perejil y 1 tallo de romero
- Aceite de oliva, agua, sal y azafrán o colorante alimentario
PREPARACIÓN:
Cortamos el pimiento en tiras, lo sofreímos y lo apartamos. Cortamos el conejo (o el pollo, o ambos) en trozos pequeños, procurando separarlos por las articulaciones para no provocar astillas de huesecillos. Los freímos en una sartén grande o en una paellera. Cuando estén dorados, le añadimos los ajos y los tomates picados finos y le damos unas cuantas vueltas más. Acto seguido le echamos agua y lo dejamos que hierva todo unos diez o quince minutos, dependiendo de lo dura o tierna que esté la carne.
Le echamos una papeleta de colorante al caldo y cuando esté hirviendo "a gajos" le incorporamos el arroz. Para que os hagáis una idea, por cada vaso de arroz deberíamos poner tres de agua. Esto también depende del tipo de arroz, de la anchura de la sartén o paellera, de la fuerza del fuego (por el tema de la evaporación) y de si os gusta más caldoso o más seco. Rectificamos de sal y lo ponemos a fuego fuerte durante diez minutos, le ponemos el ramillete de perejil y un tallico de romero (opcional) y lo mantenemos a fuego medio o flojo durante otros cinco. Llegado este punto lo apagamos y lo dejamos que repose al menos otros diez minutos. En este momento (y para no aburrirnos) podemos abrirnos una lata de berberechos y unos quintos. Así nos aseguramos de respetar el merecido reposo del arroz.
Le echamos un chorro de limón y lo ponemos en la mesa, ya sea para comer directamente de la sartén o para repartirlo en platos. Buen provecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario