martes, 28 de mayo de 2019

MERMELADA DE ALBARICOQUE

     Llegando el mes de junio Moratalla entera se ve envuelta en la "vorágine del abercoque", nombre familiar que se le da aquí al fruto conocido por todos como albaricoque y que en la década de los 80 se instauró en nuestras huertas como un próspero negocio que con el tiempo perdería muchos enteros a causa de la bajada de su valor en el mercado. Aún así, la recolección de albaricoques hoy en día suponen un buen porcentaje de los ingresos de la economía local, y en esas fechas las carreteras y caminos de las huertas se ven animados con el bullicio de temporeros, cajas, camiones, tractores y, lo más llamativo, el delicioso olor a esta fruta que flota en el ambiente a cualquier hora del día y de la noche.

     Los moratalleros siempre hemos sido devotos del consumo de albaricoques, tanto en fresco al principio del verano), como en conserva (durante el resto del año). Y las dos formas tradicionales de conservarlos han sido en forma de "cascos" al baño maría o en la versión de la rica y dulce mermelada. Veamos en esta entrada cómo se elabora en nuestro pueblo la mermelada de albaricoque.


INGREDIENTES:

     - Un kilo de albaricoques
     - Entre medio kilo y tres cuartos de kilo de azúcar (al gusto)
     - 1 limón


PREPARACIÓN:

     Lavamos y partimos los albaricoques por la mitad. Les quitamos el hueso y los ponemos en una olla junto con la azúcar y el zumo de un limón (que ayudará posteriormente a que gelatinice la mermelada). Los dejamos macerar una hora y entonces encendemos el fuego. Los vamos removiendo a fuego medio durante unos 40 minutos más o menos, hasta que adquiera la textura típica de la mermelada. Durante este tiempo hay que tener cuidado de que no salte de la olla, y también le debemos ir quitando la espuma que vaya haciendo, para que su aspecto sea inmejorable. Tampoco es recomendable moler la fruta, pues la gracia es que quede ligeramente irregular.




CONSERVACIÓN:

     Una vez que tengamos hecha la mermelada en caliente, rellenamos con ella tarros de cristal que hayan sido previamente esterilizados. Intentamos que no quede nada de aire en su interior y los cerramos bien. Solo con esto, una vez que enfríen, pueden aguantar muchas semanas sin necesidad de frigorífico. Pero si además los metemos en una olla con agua hirviendo (baño maría) durante una media hora, los podremos conservar durante años.

     Otra forma de conservar la mermelada durante mucho tiempo sin necesidad de meter los tarros al baño maría es dejar unos milímetros libres de mermelada y echar un chorrito de coñac hasta llegar al borde. Lo tapas bien y ya tienes mermelada para todo un año.

      Además, sea cual sea el sistema que habéis usado para conservarlo, una vez abierto el tarro, debido a su alta concentración de azúcar, nos aguantará mucho tiempo en la nevera, igual que las mermeladas industriales, pero con la diferencia de que esta no lleva más que productos naturales y cero conservantes artificiales.

     Como ultimo dato, que sepáis que esta receta se puede usar para hacer mermelada casi de cualquier fruta. Solo habréis de tener en cuenta el dulzor de la fruta elegida para acompañarla con más o menos azúcar. Por ejemplo, si la hacéis de higos, que son muy dulces, con ponerle la mitad del azúcar sobra. Si la hacéis de naranja mejor le ponéis un poco más de azúcar y, en este caso, no es necesario el zumo del limón.



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